Y así es como he crecido viendo a Lima. Mudando de piel, cambiando de capa en capa como el tiempo que viene y se va. transformándose, adaptándose, en cada paso, en cada habitante, en cada momento, en cada historia.
Una vieja pasajera, fugaz, nostálgica, que cuenta su historia en cada mirada, en cada esquina y que se mantiene viva entre el pasado y el presente.
Captura fotográfica digital